A la cola¡

Nacer, estar vivos, es consustancial al hecho innegable de que todo ser humano va a tener que hacer cola muchas veces a lo largo de la vida, afirmo.

Según y para qué hagamos cola, guardemos turno, esperemos pacientemente a que nos toque o como queramos llamarlo, este fenómeno nos resultará:

a) Soportable, según el número de elementos a esperar y el interés por lo esperado.
b) Aburrido, viene dado por la compañía no hablante y el objeto de nuestros desvelos.
c) Insoportable, por el número de elementos coliles en alto grado y la escasez de hablantes o el exceso de los idem.
d) Desesperante y directamente proporcional a las ganas que tengamos de salir huyendo del lugar del evento en el que concurren las tres anteriores y ¡¡además¡¡ tenemos muuucha prisa.

Y aún hay más.

A veces creemos que tenemos más prisa que el otro si sólo llevamos dos objetos a comprar en la cola de un supermercado, por ejemplo, que el que lleva un carro lleno.

¡Por favor¡ ¿como voy a esperar tanto a que este pesado que se ha dejado la tarjeta del mes en provisiones acabe?
Hay que colarse, que yo sólo llevo dos cositas de nada y mi tiempo vale más que el suyo.Me da lo mismo que al fondo haya otra Caja, no me apetece salir por allí.
Así que, de cajón, que me deje colarme y que cargue el buen cliente que se deja más pasta que yo con el tiempo que me va ahorrar y que va a perder el, off course.

Y si lleva más prisa que yo, cosa imposible....que se jorobe, para eso yo he comprado dos lechugas y el ha acaparado un carro lleno.....

Es increíble la cantidad de cosas que son..."de cajón", os parece?

(Nótese que el iniciador del concepto "de cajón" y sus múltiples aplicaciones no es otro que Rogorn, asumo el plagio)

11 comentarios:

Juan dijo...

Kaaakkkeeeennnnn, ¿pero te has fijado que has hecho una entrada plena de análisis?, jajajajajaja. Pero si tú eres la reina de las sintéticas, jajajajajajaaj.

Un beso analítico.....que espera un abrazo sintético.

Anónimo dijo...

¿Elementos coliles...? Jeje...

Lenka dijo...

A mí lo que me resulta EXASPERANTE es que una anciana de mil años me venga con todo el morro y me suelte: "anda, maja, déjame pasar delante, que seguro que tú no tienes nada que hacer".

Nada que hacer yooooooooo??? Oiga, que soy joven, trabajadora, activa, ocupadísima!!! Que usted es una abuelita jubiladaaaa!! Quiere que la deje pasar pa ir a ver a la Ana Rosa????? Tendrá jeta, la tía!!!!

(Caso real, lo juro)

Io dijo...

Yo suelo ir a Mercadona a la hora de comer, cuando cierro la tienda, y a esa hora no hay casi nadie :D.

Y así y todo, aquí hay que armarse de paciencia. La cajera que está de tres meses le cuenta los pormenores a la clienta que cuida de sus nietos, quien a su vez le detalla el tratamiento completo para las piedras en la vesícula. El encargado que lo ve, se acerca y comenta que él lo que tiene son piedras en el riñón.

Y a todo esto, para cobrar cuatro artículos, quince minutos.

Y lo mejor que puedes hacer tú es escuchar atentamente (por si alguna vez te aqueja uno de esos males) y sonreir cuando alguno se dirige a tí buscando afirmación, porque como se te ocurra meter prisa o quejarte te miran como si fueses de Madrid y tuvieses asfalto en las venas.

Es lo grande de vivir aquí. Al final, le coge uno el gustillo.

Besos, guapa!

Anónimo dijo...

Es toda una ciencia el llegar a caja sin perder la cordura, eso es cierto, y que es un placer pasar por aquí... también.

Para todo lo demás...

Saludos desde el Otro Lado

Kaken dijo...

Hola todos y gracias por vuestro tiempo.

Juan, me planteas una duda con tu jocoso comenatrio...¿para poder sintetizar no es necesario haber ejecutado un análisis previo?? pregunto¡¡ :-)

Y mis abrazos jamás son sintéticos, son profundamente analíticos...un bes, prenda.

Hola, Amanda, jejeje, efectivamente me gusta jugar con las palabras y esta vez me has pillado en un doble sentido que me alegro si te ha hecho sonreir.

Jajajajja, Lenka, lo visualizo¡¡ jejeje, me lo creo y no veas lo que puede llegar a mosquear, sobre todo en mi caso, que me quedo paralizada y con cara de lela¡

Muy buena técnica,Io, pero ni aún así nos libramos, no?

Es cierto, Borja, hay "ciencia colil" como hay ciencia, experiencia o trucos para casi todo lo que nos puede resultar desagradable pero no tenemos más remedio que afrontar.
Y me alegro mucho de que estés a gusto en esta vuestra casa, gracias.

Lo que yo quería contaros con esta entrada, a medias real, a medias compuesta, absolutamente metida en el modus vivendi de casi todos, es notar que es muy fácil abusar de los demás y que lo hacemos, sin darnos cuenta, casi de contínuo.

Estoy segura de que todos vosotros sois personas de trato excelente que cedeis el paso en la cola de turno si así os lo requieren, al menos así os percibo. Y a mí me ha pasado lo mismo durante años, hasta que...un día no pude preveer mi tiempo con amplitud y decidí no colar a nadie...
Resultado? ostracismo, rechazo y malas babas de los "no colados" (amplia sonrisa de la cajera que me conoce desde hace años).

Como podemos reclamarle a otro su tiempo? de donde nace "yo solo llevo dos y tu más y yo merezco tu tiempo"?

Y lo que más me hiere no es este mi caso, si no otro en que iban a cerrar y una clienta reclamó otra cajera porque tenía prisa...pero la cajera ya estaba fuera de hora y deseando ir a su casa a comer con su familia¡¡ Y encima hay otra caja al otro extremo del super, pero claro, como no le viene bien salir por allí, que se fastidie la cajera...no puedo con este tipo de cosas....

Y sigo revisando si yo lo hago con los demás, es muy fácil caer en ello. Pero ya tengo claro que nadie tiene derecho a mi tiempo ni al de otros, a exigirlo menos. Ea.

No sé que os parecerá, va un bes a todos los que leeis.

Io dijo...

Bueno, la verdad es que yo aquí le doy menos importancia al tiempo. Pero porque ese es el ritmo de la mayoría. Cuando llegué, traía los horarios y las prisas de Madrid, y me exasperaba. Pero con el tiempo me he hecho a ellos, a su ritmo, y ahora observo las prisas de los turistas y los miro "como si fuesen de Madrid", je,je.

Soy bastante considerada con las cajeras, pero no tiene mucho mérito. Yo, como comerciante, me pongo en el lugar de ellas. A mí también me gusta poder cerrar a mi hora cuando está mi hija en casa esperándome para comer. Por eso las entiendo mejor.

Besos!!!

Katha dijo...

Buenas tardes,

He decidido dar una vuelta por tu blog, he leído 7 almas, la entrada sobre Emma Darwin y es en esta entrada cuando voy a meter baza.

Yo espero mi turno en la cola, pero hay algunas veces en las que sí presupongo que tengo más prisa que quien me antecede en la cola del super. Por ejemplo, cuando el de delante es alguien al que se le ve con aire de tranquilidad, sin signos de prisa, y mi hijo no para de saltar, llorar... En esos casos, y si sólo llevo un par de cosas, suspiro mitad resignada, mitad desesperada, y le pido por favor al mencionado cliente si no le importaría cederme su turno, suelen ser las menos. Otras veces he aguantado la cola y ha sido el otro cliente, normalmente alguna señora que sabe lo que son los niños, la que me ha ofrecido amablemente cederme el turno. Que te cedan el turno es siempre de agradecer porque, como tú bien dices, el tiempo de esa persona vale tanto como el mío.

Saludos,

PD: No creo que te falte creatividad alguna

Katha dijo...

Por cierto Io, acabo de leer tu comentario.
Sí es cierto que en algunas regiones tienen más "pachorra" que en otras, y los animales de ciudad no solemos tener paciencia ninguna y llevamos al prisa en al sangre aunque estemos de vacaciones.

Saludos,

Kaken dijo...

Bienvenida, Katha, gracias por tu comentario.

La situación puntual que nos cuentas, me parece absolutamente factible y en absoluto criticable.

Las colas dan para mucho porque son algo muy frecuente en las vidas de todos y hay muy distintos comportamientos.

No pretendo juzgar a nadie, simplemente reflexionar en torno al valor del tiempo ajeno, cosa que veo que tu tienes muy clara.

Pedir en la vida es necesario, todos lo hacemos por diferentes circunstancias, yo relataba una situación que se repite sobre aquellos que piden sin respetar al otro y no me parece tu caso para nada ¿que opinas tu?

Un bes.

Kaken dijo...

Bienvenida, Katha, gracias por tu comentario.

La situación puntual que nos cuentas, me parece absolutamente factible y en absoluto criticable.

Las colas dan para mucho porque son algo muy frecuente en las vidas de todos y hay muy distintos comportamientos.

No pretendo juzgar a nadie, simplemente reflexionar en torno al valor del tiempo ajeno, cosa que veo que tu tienes muy clara.

Pedir en la vida es necesario, todos lo hacemos por diferentes circunstancias, yo relataba una situación que se repite sobre aquellos que piden sin respetar al otro y no me parece tu caso para nada ¿que opinas tu?

Un bes.