En manos de ángeles.

Recortes para transplantes.

Leo este artículo y...me dan ganas de llorar, en serio.

Este tema me toca de bastante cerca, nos roza a todos, en realidad.

He tenido el privilegio de conocer muy de cerca a tres personas que, con su esfuerzo, sus estudios y su dedicación, se convirtieron en esos ángeles especiales dentro del mundo de la medicina que salvan vidas transplantando.
Aún recuerdo a uno de ellos, cuando comenzaba su formación, narrándome lo difícil que le resultaba cambiar el chip cuando tenía que extraer un órgano y tenía que cortar la vida. Artificial, si, pero vida, al fin y al cabo. Y lo hizo.
Algunos tenían que superar su miedo a viajar en helicóptero, a cualquier hora del día o de la noche y en cualquier circunstancia climática. Y lo hicieron.

A estos ángeles de manos prodigiosas lo de la conciliación familiar les daría la risa, siempre disponibles. Los tres eran padres y maridos estupendos, pero tenían que renunciar a una buena parte de su vida familiar. Y lo hicieron.

Jamás dejaban de estudiar, siempre al día, por supuesto en inglés, para captar los últimos avances.

Uno de ellos llegó a dirigir un hospital público, pero por amor al arte, por intentar mejorar las cosas. Su única condición fue que le permitieran operar al menos, una vez por semana. Y lo hizo.

Dicen que sólo recortan medio millón de euros. Sólo. A todos los niveles, incluyendo formación.
Me parece un error brutal.

Cuando B.  se fue con sólo 17 preciosos años de vida, todos los recursos estaban disponibles. Desgraciadamente no pudo ser.
Cuando C.V.  se marchó a los 18, al menos tuvo la esperanza de dos años de lucha, gracias a los donantes y a sus médicos. No faltó ese medio millón.

No me gusta ser agorera, pero me pregunto que pasará cuando esa subvención se reduzca.

Que tristeza, parece que hoy en día ya se pueden recortar las alas hasta a los ángeles.