Prejuicios


No conozco a ningún ser humano que no tenga prejuicios, ya sea en negativo o en positivo, sobre algún tema, persona, hecho....lo que sea.

Todos somos ambivalentes prejuiciosos sencillamente porque nos mueve la mezcla incuestionable de emoción y lógica que somos, y también porque no en todos los campos en los que podemos opinar contamos con evidencias, a veces ni siquiera con tendencias.

Es, simplemente, nuestra manera de estar en el mundo, por ser humanos y limitados.

Causas de los prejuicios:

En el caso de los negativos, pueden proceder de la educación, ambiente cultural, tiempo histórico que toca vivir, de la falta de información, de no saber “desaprender”, etc .
Y puede que la persona que sea “víctima” de esta visión sesgada de la realidad o parte de ella, no sea conciente de ello y no haga nada para cambiarlo o bien que sí, que lo note y precise conocer más para no pre-juzgar.

Los prejuicios positivos se suelen dar en personas sensibles a la debilidad ajena, que cierran los ojos a cualquier posibilidad que no sea la de hacernos a todos iguales (¿porqué, si eso es injusto de base?) o que no saben verlo de otro modo. Y también prejuiciamos positivamente por afinidad, simpatía o...amor (estar enamorado es ser bastante prejuicioso, si el ser amado fuera tan maravilloso como le vemos nosotros, a buen seguro estaría muy solicitado, demasiado para nuestro gusto).

Juzgar por anticipado, ya sea a favor o en contra de algo, es un problema en sí mismo, nos aleja de la realidad y de la equidad. Y de las soluciones más oportunas, probablemente también.

Hace más de 20 años que clamo en el desierto, escandalizando a buena parte de los que me rodean, cuando afirmo que “los hijos no traen libro de instrucciones”. Que me parece extremadamente irracional, peligroso e incongruente que se exijan todo tipo de carnets, diplomas, masters y cursillos para cualquier cosa: conducir, estudiar, trabajar, manejar alimentos, y un casi infinito etcétera.
Y, sin embargo, los hetero podemos ser padres sin más, solo con ser fértiles y no poner demasiadas dificultades al señor Ogino.
Y con eso solo conseguimos perpetuar errores de bulto a la hora de educar, el dato de maltrato psicológico (no entro siquiera en el físico) infantil es desmesurado como para que aún no se haya hecho NADA al respecto.
Los padres tienen, tenemos, demasiados derechos y ninguna responsabilidad real, palpable.
Tampoco los padres tienen más libro de instrucciones que su propia experiencia.
A estas alturas del siglo 21 me parece una absoluta aberración
Me parece increíble que se proteja la salud de los niños como fumadores pasivos, por ejemplo, y no se haga nada en contra del maltrato psicológico sistemático.
Pienso que el verdadero avance de nuestra sociedad está en la educación a cualquier nivel, familiar, colegial, estatal. En la buena educación.
Tenemos a nuestro alcance más saber que nunca, más ciencia que nunca en la Historia, y ¿que hacemos? ¿recurrimos a pedagogos, psicólogos, pediatras, etc? No, seguimos educando como hace 300, 500 años, o más...como siempre, a pelo, a lo que salga.

Estoy aburrida e indignada de oir “que suerte has tenido con tus niños, son taaannnn buenos y los míos taaannn difícilescomplicadosmalosinsoportablesyatelosdaríayoati...”

Un ejemplo: Una madre le dice a su hijo de 2 años que “es bueno darle la caquita al wc, ya verás, tu se la das y el se la lleva lejos, al mar, y tu estarás limpito y lo harás igual que los mayores” y cada vez que el peque lo consigue, le besa, le aplaude, le anima. Otra madre le dice a su hijo (literal): “ si te lo vuelves a hacer en los pañales saldrán gusanos y te comerán” Y de paso, le dará una buena zotaina, de los gusanos no sabemos muchos más datos (es solo una tendencia, jeje)
Esto último es absolutamente recurrente en la forma de educar actual en cualquier tema, tratar a los niños como si fueran imbéciles, como si toda mentira cupiera en base a que son eso, niños .Y se hace.Y si sale mal es que son los genes los culpables.

Lo que acentúa aún más el problema de base educativo “en casa” es la Ley del Péndulo.

Hemos pasado en muy pocos años de un Estado de terror, de dictadura moral , social y cultural, a un “todo vale”. En casa, también.

Creo que hay una gran mayoría de padres que están educando a sus hijos sólo en base al presente, al momento inmediato, sin medir las consecuencias. ¿Que el niño se duerme si le doy una vuelta en el coche a las 4 de la mañana? Pues vale, lo hago. ¿Que el niño quiere una chuche antes de comer? Pues vale, se la doy (luego se le echa la bronca porque no come en el almuerzo) Uy, el niño no se baña si su padre no se mete con el en la bañera...pues va y se mete...Son ejemplos reales, vividos por mí, y hay muchísimos más.

Una gran mayoría de padres educan a sus hijos en el temor...en el temor y el miedo que les da ser rechazados, no queridos, (o no “molestados”) de modo que les consienten demasiadas cosas perjudiciales para su salud, sus hábitos de sueño, estudio, esfuerzo, responsabilidad....En resumen, solucionan a cañonazos problemillas diarios, pero no inculcan en sus hijos aquellos valores o cualidades que de seguro les van a poder acercar a ser maduros y a tener más posibilidades de ser independientes y razonablemente felices.

¿Cual es el resultado de todo esto?

Bajo mi punto de vista, los niños pierden el norte, lo tienen todo tan fácil que casi nada les satisface, viven en la irrealidad de que sus padres deben darles todo lo que crean necesitar de por vida...
Aumenta la violencia, aumenta el machismo, el abuso de todo tipo, desidia, desilusión y una larga cantinela de despersonalización y sufrimiento inútil.

Pero claro, esto es sólo mi opinión.
No tengo estudios que lo avalen, ojalá los hubiera y estuvieran lo suficientemente bien hechos para indicarnos, primero, la realidad en datos estadísticos y, segundo, las posibles formas de solucionarlo.

¿Que si pueden adoptar los homosexuales?

Preferiría empezar por el principio y saber si pueden ser padres por libre los hetero.
Me ofrezco voluntaria.


Flor


Hay Flores que crecen a pesar del entorno.
Con el aire viciado, el cariño denegado y la crítica apabullante cayendo sobre ella una y otra vez.
Hay Flores a las que, desde semillitas, se les ha acostumbrado el oído a frases como "que color tan desvaído", "a ver hacia donde se te ocurre crecer", "tus pétalos nunca dicen nada...."
Estas raras Flores se cierran y se abren caprichosamente según los que las rodean...pero yo conozco su secreto.
Sé que se abren sólo cuando están muy seguras de que nada las va a dañar...y eso ocurre pocas veces. Cuando presienten una caricia, cuando encuentran un terreno tranquilo y seguro.
Yo tengo una de estas Flores, tan raras y escasas, pero ella no sabe que la tengo....en mi corazón...ni que la comprendo, ni que vigilo de lejos para que esté bien y el agua le llegue pura. Ignora que, sin ella habérmelo pedido, me he erigido en su jardinera y la adoro, aún sabiendo que no debo intervenir en su crecimiento, aunque piense que se tuerce a veces un poquito su tallo jóven.
Mi Flor es bella, es jóven, lista, inquieta y se deja mover con gracia por la brisa que le toca. Pero está condenada, de momento, por su raíz que la ancla a sus "sabios" consejos, que lo serían si no se convirtieran en obligaciones: "tienes que rotar tu tallo hacia tal", "has de abrir tus pétalos a tal hora", "has de germinar con esta planta"....
Nunca he conocido a una flor y una raíz que se amen tanto como lo hacen MI Flor y MI Raíz. Sin embargo, no saben comunicarse, su savia se enrancia, se hacen sufrir mutuamente....y ambas se adoran sin que la otra lo sepa...es triste.
Me he propuesto cuidar de mi Flor y mi Raíz de lejos, con tacto y esperanza, porque ambas merecen tanto, tanto la pena....