Melancolía

Hay seres que se enganchan a la melancolía.

Que hacen de su vida, de su día a día, una Oda a ese sentimiento, lo alimentan con música, películas, amaneceres y todo lo que les pueda trasladar a ese estado de insatisfacción permanente con la vida, con el mundo y...en definitiva, con ellos mismos.


Y hay otros a los que ya no les alcanza soportarla más que a ratos perdidos, cuando no hay más remedio, porque prefieren espantarla a carcajadas que caer en su cálida y asfixiante caricia malva.

Y éstos últimos, rozan la felicidad más a menudo, y yo me cuento entre ellos.

http://es.youtube.com/watch?v=L7lJigEh2_0

Aurora

La palabra aurora siempre me ha evocado belleza.
Si me hundo en mi niñez, la asocio con la bellísima Princesa Aurora de Disney, La Bella Durmiente, que me atraía y asustaba a partes iguales.
La belleza, la magia y la bondad, junto con la maldad más injusta, formaban un extraña mezcolanza a partes iguales, en realidad bien podría tomarse por un retrato fiel de la vida, pero eso necesitaría otro análisis.
Porque la aurora que hoy me he podido regalar es física, visual pero de lejos.
Una de tantas ilusiones por cumplir, si el tiempo y la autoridad lo permiten.
Estoy segura de que esta visión atrapa a muchísimas personas, que nos fascina a tantos que no he podido resistirme a dejar aquí una huella virtual.
Si hubiera tenido el arte y la parte de hacer yo misma este video, lo hubiera dedicado a Juan Antonio Cebrián, en el pensé automáticamente al oir la música y comenzar a ver las imagenes, le cuadran de maravilla.

Pérdidas.

Perdemos cosas y seres continuamente.
Perdemos sensaciones, emociones, esperanzas y miradas.
Perdemos ilusiones, sueños, guiños y paseos.
Perdemos personas que nos enseñan y se van....sin que el ciclo del tiempo se haya cumplido.
No nos permitimos resignarnos a perder esa mirada azul, esa sonrisa equívoca o esa voz que te toca directamente la entraña más primitiva y la deja sangrando.
Pero hay que dejarse violar por la ausencia, entregarse, doblegarse hasta el final del amargor, es la única manera de dejar que ese espacio libre y doloroso vuelva a tener contenido.
Y lo hará, siempre ocurre.
Conquistaremos nuevas miradas, ilusiones, proyectos, abundancia de presencia......simplemente, es la vida.