"Demos un paso lateral", de Luca Franceschi.

Me ha parecido un artículo muy interesante, palabras para reflexionar, en definitiva, sobre como mantenernos en presente.
Las referencias al diálogo con los elementos, con la Naturaleza, me recuerdan a técnicas de meditación, a sentimientos profundos de bienestar interior.
De pequeña me abrazaba a los árboles, para extrañeza de quienes me observaban, pero yo evoco ese momento y me traslada a la paz que ese contacto me hacía sentir.
Espero que os guste.


Autor: LUCA FRANCESCHI 22 diciembre 2010

Palabras como ecosofía, biosfera, mundialización, globalización, “global y local”, suenan cada vez más en nuestro vocabulario, en esta primera década del siglo XXI. Todas estas palabras nos recuerdan que somos interdependientes y que nuestro destino como especie y como individuos está estrictamente ligado a un planeta único y a los comportamientos de los demás.
Por otro lado, somos seres únicos e irrepetibles, dotados de inteligencia, sensibilidad, y emociones propias, que a menudo soportan mal las diferentes presiones osmóticas que el entorno nos produce, hasta el punto de que alguien como Sartre no dudó en declarar que “el infierno son los otros”.
Aparecen y advertimos tensiones y dificultades a la hora de conciliar el yo con el ser -entendido como el yo más su proyecto de vida- y el ser con el conjunto de seres. Tal como lo muestran esas palabras del comienzo, tenemos grandes dificultades al tratar de conciliar lo global con lo local; la evolución del mundo sólido “producción”, con el líquido, “servicios”; las influencias introspectivas inculcadas con fuerza en el siglo pasado por el psicoanálisis y la psicología, con las influencias empáticas presentes hoy a través de los medios de comunicación, Internet, las redes sociales, etc.
El maltés Edward De Bono nos proporcionó hace veinte años una serie de estudios sobre el desarrollo de “el pensamiento lateral”, una serie de habilidades que todos podemos desarrollar, si intentamos ver los problemas con unos ojos, que sean capaces de salir del sistema lógico. Siguiendo estos principios, podríamos hacer un ejercicio basado en la tentativa de tener otro punto de vista, tomando un “camino lateral” que nos lleve desde la lógica y la posición egocéntrica, a una más cercana a la antropológica.

En ocasiones, conviene tomar un camino lateral que nos permita ver las cosas desde otra perspectiva (imagen: usuario de Flickr).
En occidente, un “sabio loco” que nos puede servir como ejemplo en este “camino lateral” es San Francisco de Asís. Dejando por un momento “de lado” los aspectos teológicos y religiosos, hablar con los animales o con los planetas, la Luna, el Sol, o la Tierra, como si fueran seres a la par, estableciendo con ellos un verdadero diálogo, que es sino una tentativa de salirse de la lógica vertical y egocéntrica para migrar hacia un pensamiento y un posicionamiento laterales, que nos proporcionan una perspectiva completamente distinta y que, sobre todo, reequilibran el reparto de la presión osmótica en varios puntos, en lugar de solo en uno.
En el mundo de las adicciones, ocurren procesos similares, cuando la persona dependiente logra, a través de una especie de momentánea transcendencia de sí mismo, situarse en un “lugar lateral “que le ofrece una visión distinta y le permite aceptar su problema. Una aceptación que constituye la base de cualquier tipo de cambio o de recorrido en busca de su autonomía y de un progresivo abandono de la práctica adictiva.
El pensamiento lateral, en definitiva, tendría que ayudarnos a comprender algo básico: ¿por qué seguir excavando en el mismo agujero, si podemos cavar otro, a su lado?"