Los niños con los niños....

..y las niñas con las niñas.

Cada vez que oía esta frase me rechinaba el cuerpo entero, la mente explotaba.
Y la escuché cientos de miles de veces, en boca de profesores, de familiares, de mis propios padres, y me producía una revolución interna de absoluto rechazo.

Sentía que ellos no sabían, no se habían enterado, que yo no era menos que un varón ¿cómo no se daban cuenta? ¿porqué eran tan injustos?
En mis razonamientos de niña de menos de 10 años, se me antojaba cruel que yo tuviera que dejar de estudiar para poner la mesa mientras mis hermanos veían la tele con mi padre. Algo no me cuadraba, en éste y más ejemplos que obvio por repetitivos.

Desde los 5 a los 10 años estuve en un colegio público mixto. Mixto porque niños y niñas compartían el recreo, nada más. Y esos niños eran mi pesadilla, que llegaban arrasando a destrozar las tiendecitas que las niñas montábamos para jugar por el mero gusto de llamar la atención, digo yo que sería por eso.
Aprendí a pararles en seco, les decía muy rápido, alto y compungida:" esperaesperaespera¡¡¡ ¿yo te he hecho algo malo a tí?? pues entonces...no me hagas nada a mí..." Se daban la vuelta desarmados, yo conservaba mi tienda de hojas de eucalipto, flores, peristilos, papel de estraza y cabezas de bellota..

Me ha tocado vivir dos mundos, o tres, el machista, el feminista y el que ahora domino, el igualitarista, en el que creo.

En mi infancia-juventud, machismo puro y duro. Recuerdo cómo me sentía de mal en clase de Derecho Penal, por ejemplo, cuando tenía que estudiar para examinarme y dar como bueno que en el delito de violación cabía "el perdón de la ofendida". Es denigrante hasta decir basta.
En la España de los 80 una mujer podía ser violada y el delito sólo se perseguía a instancia de parte, no de oficio y, encima, ¡¡¡podías perdonar al ofensor¡¡¡¡

Pero aún más denigrante era tomar apuntes en los que tu misma te reconocias como incapaz de obrar a efectos legales, es decir, tomaba apuntes sobre que la mujer no podía actuar legalmente en ningún asunto sin la autorización o participación del padre o marido. Las mujeres estábamos al mismo nivel de capacidad legal que los menores, los discapacitados, las personas con problemas mentales o los afectos de prodigalidad...manda oeufff¡¡¡¡

Afortunadamente eso pasó a la historia, y no hace tanto, 20 años más o menos.

Como es bastante previsible y dadas las circunstancias, me volví al extremo feminista sin saber cuanto daño me podía hacer.

Supongo que sería una evolución lógica dadas las circunstancias y, ahora que lo tengo más que superado, me alegro de lo aprendido.
Pero fuí una huraña feminista (los istas y los ismos tienen muuucho peligro por ser extremos de la realidad) que el tiempo y la experiencia ha calmado y he preferido poner a mi favor mi sentido común antes que las revanchas, los miedos o cualquier otra cosa que me aparte de una visión objetiva y equitativa de la realidad entre hombres y mujeres, partiendo de la base de que ambos somos seres humanos igualmente válidos independientemente de nuestras diferencias de sexo.

Dados estos antecedentes, me encantó que mi primera hija acudiera a un colegio mixto, me parecía la opción más natural.

Doce años después, creo que me equivoqué.
No se trata de que haya sido una mala experiencia, en absoluto, se trata de que ha sido un lastre evidente.
El curso pasado, una de mis hijas lo vivió sólo con niñas (por puro azar) y ¡estaban todos encantados¡¡
Profesores y alumnas se mostraban completamente a gusto, era el curso preferido por todos, según tengo entendido.

Y eso me dió que pensar junto con la experiencia que me narraban mis hijos, los hijos de mis amigas, etc, lo que iba leyendo...algo fallaba.

Mi teoría (pobre de mí, sin datos ni estadísticas, es solo mi impresión) es que la educación dió un salto de gigante al aplicarse de forma generalizada y obligatoria. Era un paso necesario, desde que los monjes de la Edad Media detentaban el poder del conocimiento, las bibliotecas, los escribas, llegar a dar conocimiento a todos, al pueblo, fué un avance imparable y necesario.

Sin embargo, nos hemos estancado, se sigue dando educación sin discriminar...positivamente.
Tenemos un sistema educativo que nos aborrega, que hunde al que vale y que palia al que no vale. Y no tenemos una sociedad lo suficientemente generosa como para reconocer que este vale para esto y este no.
De modo que hundimos a los genios y hacemos perder el tiempo a los que no lo son (lease que hay todo tipo de terminos medios)

(UFF, que largo me está quedando esto, y aún tengo mil cosas en mente...disculpadme...)

Y llegando a este punto, en conversaciones en familia, yo proponía un sistema educativo en el que se pudiera elegir clases mixtas o no, y en el que se pudieran organizar la enseñanza en base a la capacidad de cada alumno.

Me parece absurdo, a estas alturas, mezclar niños y niñas, inteligencias diferentes ¿para qué?

Y surgió, en el blog de Juan, con unas reflexiones muy intereantes, unos comentarios de Rogorn imperdibles, os lo recomiendo encarecidamente, sobre el sistema educativo inglés, es alucinante.
Es más, me pregunto cómo no sabía nada de nada al respecto...

Conclusión: nos espera una etapa de perseguir cambios educativos, en donde nadie se avergüence de ser más listo o más torpe, en donde se asuma con naturalidad la capacidad de cada cual y la orientación sexual de cada persona, que aprovechemos las ciencias psicolo-pedagógicas, que se pueda exigir más preparación a los padres, que no es tan difícil..una etapa de ilusión por avanzar, tenemos más medios que nunca¡¡

Aprovechemos¡¡

4 comentarios:

Juan dijo...

En fin Kaken, una educación más individualizada.

Los datos que aporta Rogorn también me han sorprendido a mí por puro desconocimiento y, la verdad, me han hecho reflexionar y cambiar algunas de mis ideas previas.

Está claro que el sistema inglés no es perfecto, pero se acerca más que el nuestro a una necesaria individualización de la educación: intentar dar a cada uno lo que necesita.

Tu época feminista ultra no es más que una reacción lógica a un cúmulo de injusticias. Si te hubieras apalancado en el victimismo y la venganza sería otra cosa, pero has sabido evolucionar e ir encontrando en equilibrio necesario.

Un abrazo

Jose dijo...

(permitidme que esta respuesta sea conjunta tanto para el blog de Juan como para el de Kaken)

Estoy bastante de acuerdo con vosotros en algunos aspectos, pero como en toda ecuación, relación o comunicación, hay dos partes involucradas. ¿No pensais también que los profesores tienen gran parte de culpa?

Me explico, es cierto todo lo de los niños y las niñas y juntarlos y separarlos y los distintos niveles y todo eso, pero un profesor es un profesor y tiene que conseguir enseñar y educar a sus alumnos. Como no me explico muy bien voy a poner un ejemplo propio: en el colegio siempre ha dado la casualidad de que más o menos mis clases eran mitad y mitad de ambos sexos pero en el instituto las niñas nos ganaban por goleada hasta el caso de que en bachillerato, en una clase de treinta y pico, sólo cuatro eramos varones. Al caso, que me pierdo, cierto es que te distraes en clase con una mosca, son cosas de la edad o de la situación, y siempre ha habido asignaturas que las niñas nos sacaban ventaja y viceversa, pero también he tenido profesores que han sabido aunarnos y concentrar nuestra atención por igual y sacar de nosotros lo mejor hasta llegar a mantener a toda la clase a un muy buen nivel (tanto niños como niñas como los torpes como los listos). Por eso me pregunto, a parte de todo el tema de sexos y niveles de capacidad y/o motivación, ¿no será que tenemos también unos maestros o profesores poco cualificados, ilusionados e implicados con su trabajo? salvando excepciones, claro está.

Del tema de la separación por sexos me gustaria responderos otro dia para no dejar un tochón enorme ;) un abrazo para ambos!!

Kaken dijo...

Hola, Jose¡
Pues creo que llevas razón, en la educación intervienen muchos factores,entre ellos los propios profesores, y todos ellos deberían revisarse e intentar mejorarlos.

A mi me parece que hay cuatro cuestiones importantes en torno a los profesores:
-formación: creo que se queda corta, sólo tres años de contenidos sobre todo de conocimientos y muy poco de psicopedagogía.
Además, suele tomarse como una carrera "fácil" y un cajón de sastre, lo que disminuye la cantidad de profesores vocacionales.
-descrédito: la Logse facilitó que se fuera perdiendo el justo respeto al profesorado por parte tanto de padres como de alumnos, con las consecuencias, entre otras, de que dar clase se convierta en una batalla por un mínimo de silencio. Esa pérdida de tiempo también dificulta una atención más individualizada en aulas de 30 angelitos ;-).
-escasa recompensa: aunque muchos no lo crean, los profesores trabajan muchas horas al día, con escaso sueldo. Lo de las largas vacaciones es un mito,durante el verano siguen trabajando preparando la programación, revisando los libros, etc.
-negativa consideración social: muy pocos profesores reciben agradecimiento o consideración por su trabajo ni por parte de sus alumnos ni de los padres, para una gran parte de la sociedad son invisibles salvo cuando hay que quejarse de ellos.

Por supuesto que habrá profesores malos, como en todas las profesiones, pero creo que para empezar sería bueno hacer más larga y completa la carrera, además de dignificar a los profesores cuyo (buen) trabajo es esencial.

Con mi entrada (por cierto, no me gusta como ha quedado, no creo que me hay conseguido explicar) pretendía señalar que podemos derribar tabúes establecidos hasta hoy, uno de ellos la posibilidad de optar por aulas separadas (voluntarias)sin que venga una feminista y se nos coma a todos¡¡

Te debo mail, el spore se resiste, jajaja¡

Un bes.

Juan dijo...

Tienes toda la razón Jose. Si todos los profesores tuvieran ilusión y fuesen vocacionales, la educación mejoraría de manera espectacular.

Un profesor que sabe motivar a los alumnos es capaz de enseñar en la hora de matemáticas, además de matemáticas, respeto,convivencia, trabajo en equipo, importancia de la risa en la vida diaria, contagiar optimismo, control de emociones y multitud de facetas que, en teoría, nada tienen que ver con las matemáticas.

Durante un verano, gané mis pelillas junto con Kaken dando clases particulares a 15 niños JUNTOS, que suspendieron en Junio hasta el recreo. Lo de menos eran los suspensos, lo peor era la actitud que tenían ante la vida, que era la verdadera causa de los cates. Fueron dos meses agotadores, pero maravillosos. Mi objetivo no fue en ningún momento que aprobaran todo en Septiembre, sino en hacerles ver que aprender podía ser divertido y, a la vez, el esfuerzo se recompensaba, no con motos o bicis, sino con un crecimiento personal y de autoestima.

Todos lo aprobaron todo, pero mi mayor recompensa fue la fiesta final que nos organizaron con un amor y un respeto increíbles.

Un abrazo