Constelaciones

El llegó en una Aurora, cuando ella ya había habitado la mitad de sus Lunas.
Apenas el comenzaba a conocer sus Soles...
El impacto fué brutal, estremecedor para ambos.
El le decía, sosteniendo su rostro entre las manos:
"Mírame, no soy un niño, soy un hombre¡"
Y en ese momento ella descendía en azul,
su mirada la lanzaba a un vértigo cálido
en el que se desposeía de todo su ser.
Volvía a sentirse tan segura y
tan amada
como en el vientre materno.
A pesar de sus miedos
no pudieron evitar eclipsarse
envueltos el uno en la piel del otro,
desnudos hasta más allá de la consciencia
y del dolor de conocer
que sólo sería aquella vez,
la única vez,
en que ella reuniera el suficiente valor...
Buscó su mirada, ahora tan cercana,
y comprendió que era cierta su protesta,
ya no era un niño
era un hombre y...
estaba llorando...

9 comentarios:

Emilio Núñez dijo...

Precioso K. Es tuyo?

Guaja dijo...

Que lindo, Kaken!!!, ( y que triste en parte)

Kaken dijo...

Es del todo mío, Emi :-)
Y sí que es triste, Guaja, pero hay más cosas...
Gracias, un bes a los dos.

Lal dijo...

Enhorabuena, es precioso!

Kaken dijo...

Gracias, pero lo que realmente me gustaría es que contarais que os ha sugerido, ya sea aquí o en vuestros blogs.
"Comentario de texto", como muy bien me indicó Emi, es lo que espero..si hay tiempo y ganas, claro.
Besotes a todos.

Su dijo...

Que delicia...

Alberich dijo...

Maravilloso!!!!

Cris dijo...

Me encanta Kaken, es precioso!

Kaken dijo...

Gracias a todos, no me lo puedo creer :-)
Me animais a seguir jugando con las palabras, a ver que puzzle logro para la próxima vez.
Un bes¡¡